Los retos que la tecnología impone a la comunicación corporativa

¿Sabe usted cuántas personas utilizan Internet en Ecuador? Según el último reporte del Ministerio de Telecomunicaciones, la cifra subió de 1 millón de personas en el 2006, a aproximadamente 6 millones en el 2011. Y seguirá creciendo, a medida que aumenta la difusión mediante dispositivos como los smartphones.

La tecnología ofrece muchas oportunidades para el campo de la comunicación en las empresas. Cuando nos referimos a comunicación corporativa que utiliza tecnología no solo se trata del correo electrónico, sino también de Intranet, blogs, chat rooms, entre otros medios.

Esta interactividad constante representa oportunidades pero también muchos retos que deben interesarnos a los profesionales para poder manejarlos correctamente y a tiempo.

1. La reputación

Como resultado de la tecnología, las empresas cada vez dependen menos de los medios de comunicación para dar mensajes corporativos, pero al mismo tiempo, tienen menos control sobre casi todos los nuevos canales de comunicación. Esto quiere decir, que se ha incrementado la velocidad con que la reputación de una empresa puede ser atacada.

Analistas e inversionistas pueden conocer más de cerca quejas de los consumidores e incluso de los propios trabajadores al mismo tiempo que la corporación, lo que puede mermar el valor de dicha compañía.

Además de que no solo información oficial circula Internet, también rumores pueden ser posteados en blogs y redes sociales, con lo que forman parte del record público de la empresa.

A esto se suma que en la actualidad, hay mucha más permanencia de la información como resultado de la tecnología. La constancia de lo que una empresa hace y dice, así como lo que se dice sobre esta, es potencial y seguramente permanente y fácil de encontrar por cualquier persona que navegue Internet.

Luego de que pasen unos años, ¿Quién podrá distinguir la verdad de los rumores puestos por personas que buscan desacreditar a la empresa?
 
2.  Comunicación bilateral

Gracias a los avances tecnológicos quedó en el pasado que las empresas puedan representar solo su versión de la realidad e informar y persuadir con esta a la audiencia. Ahora les toca reaccionar al libre diálogo del público. Lo unidireccional, pasó a ser bilateral y hasta multilateral.

Este nuevo acercamiento, presenta múltiples retos para las organizaciones que están acostumbradas a solo emitir mensajes en lugar de reaccionar ante la demanda de información y la comunicación que nace de los colaboradores y clientes.

La transparencia será entonces una palabra clave. La transparencia es al mismo tiempo una estrategia y una condición. Es una condición porque en el proceso de cumplir la necesidad de ser más transparentes, las compañías eventualmente lo adoptarán como una cultura organizacional.
 
3. Nuevas formas de comunicar y dinámicas de trabajo

Uno de los retos más interesantes que da la tecnología es la necesidad de las empresas para desplegar información en un formato no escrito. Por ejemplo, una presentación multimedia para el reporte anual en lugar de un libro estático que se llenaría de polvo en una estantería o en la mesa de café.

Ahora debemos poder interpretar y usar la información correctamente en otros formatos visuales mediante gráficos, mapas, video y fotografías. Si usamos texto, este deberá ser conciso.

Estos nuevos estilos de comunicación se tornan especialmente importantes a medida que ingresan nuevas generaciones a la fuerza laboral. Los “milenios” se caracterizan por digerir mejor la información que viene en textos cortos y constantemente actualizados. Un ejemplo de esto, es como se utiliza redes como Twitter que tienen un límite de caracteres y fluye constantemente la información.

Con conclusión, las empresas que desean destacarse y permanecer vigentes, deberán adoptar la tecnología y los cambios que esta supone. Observándolos como oportunidades de crecimiento y no como un gasto innecesario de tiempo y dinero.
 
 
* Este artículo escrito por Verónica Arosemena, directora de Comunicare, fue publicado en la revista de la Cámara de Comercio de Guayaquil  (Ed. Octubre).

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