El secretismo en la empresa

¿Qué se necesita para que un trabajador se sienta comprometido con su empresa? Hay muchas respuestas válidas para esta pregunta, pero nos vamos a enfocar en aquella que obedece a la frase: "Solo se quiere aquello que se conoce".

La comunicación descendente es aquella que nace desde las cabezas de la organización y los jefes hacia su equipo de trabajo. Es formal dado que se origina en fuentes oficiales y es información previamente aprobada.
En muchas empresas, el estilo de liderazgo de sus directivos, su desconocimiento de la importancia de la comunicación e incluso su carácter, hace que no estén suficientemente abiertos los canales de comunicación.

Se exigen resultados pero estos no se socializan a los trabajadores. Aspectos relevantes quedan reservados para ciertos ejecutivos, dejando a la mayor parte de la fuerza laboral en ausencia de información crucial para realizar su trabajo con éxito.
Esto es un error puesto que mientras más informado esté el trabajador sobre el lugar donde se desempeña, más capacitado estará para realizar sus labores diarias. Y lo que es mejor, estará en sintonía con los objetivos de la empresa.
Además, mientras menos se utilice la comunicación formal para proporcionar información relevante a los miembros de la empresa, más dependerán del rumor para obtenerla.
Una adecuada información interna reduce la conflictividad y mejora el clima laboral. Son muchos los beneficios que una organización puede obtener al ampliar su comunicación descentente, así que es momento de hacer una pausa y reflexionar si a la empresa le hace falta mayor flexibilidad y fluidez en el diálogo.

* En Comunicare realizamos asesorías, estudios y  planes estratégicos de comunicación organizacional y corporativa.

Una mejor comunicación es posible

Siempre nos estamos comunicando, inclusive con el silencio. No es sorpresa que en medio de tanta comunicación puedan surgir malentendidos.

Estos conflictos se producen por ruidos o barreras que distorsionan nuestro mensaje. Más allá de interferencias evidentes como las diferencias culturales, existen otras que pueden estar saboteando nuestra comunicación. Por ejemplo:

1. Los prejucios. Si incluso antes de entablar un intercambio con alguien, ya tenemos un juicio negativo - a veces injustificado - sobre esa persona, entonces estamos sentando las bases para un problema comunicacional.

2. Emociones. El estado emocional en que nos encontramos al momento de emitir o recibir un mensaje influye de gran manera en nuestra actitud hacia el mismo.

3. Relaciones personales. El nivel de confianza y conocimiento que exista entre emisor y receptor afectará el nivel de efectividad en su intercambio comunicativo.
4. Filtración de información. Cuando uno de los participantes deliberadamente manipula la información para mostrar solo las aristas que puedan favorecerle y por ende la otra parte, no podrá tener el panorama completo.

 ¿Se pueden superar estos obstáculos? 

Las barreras de comunicación dificultan el camino, pero no son imposibles de vencer. Podemos observar ciertos consejos que nos ayudarán:

* Desarrollar la empatía. Si hacemos un esfuerzo por entrar en sintonía con nuestro interlocutor, será más fácil comprender el mensaje desde su perspectiva.

* La "escucha activa", hace referencia a prestar atención a lo que la otra persona me está diciendo. A menudo, no escuchamos con claridad porque estamos pensando en otros temas al mismo tiempo en que entablamos un intercambio de comunicación.

* Evitar las generalizaciones. Palabras como "siempre" o "nunca", son polarizadas y suelen generar una reacción negativa en nuestro interlocutor.

* Claridad ante todo. Mientras más conciso y sencillo sea nuestro mensaje, más entendible será para el receptor.

* Congruencia entre nuestra comunicación verbal y no verbal. Los gestos suelen delatar mensajes contradictorios y generar confusión en nuestro interlocutor.