Identifica tu estilo de comunicación

¿Quién no ha tenido alguna vez un malentendido?  Ya sabemos que existen barreras en la comunicación que contribuyen a deformar el mensaje. Otro factor que influye en el éxito o fracaso de la comunicación es el estilo personal. En este post mencionamos los patrones más comunes:

* Estilo  no asertivo o aplacador: Ese compañero de trabajo que solo dice "Sí". Casi siempre de acuerdo con todos los comentarios de los demás porque les gusta complacer. Temen desagradar a los demás y por esto rara vez expresan o defienden lo que ellos creen.

* Estilo intelectual o calculador: En estos casos, la persona crea una distancia emocional con los demás. Al manejar situaciones, las racionaliza y evita mostrar sus sentimientos. Procura no involucrarse emocionalmente para evitar conflictos o desengaños en el futuro.  

* Estilo agresivo o inculpador: Cuando alguien siente que debe estar constantemente en guardia y actúa de forma extremadamente exigente con los demás, tiene un estilo agresivo. Por su autoritarismo se distancian del resto del grupo, ya que consideran que están en un nivel superior.  

¿Cómo te relacionas con los demás?
* Estilo manipulador o distractivo: Como su nombre lo indica, estas personas suelen evitar situaciones que los impliquen negativamente. Tienen estrategias de manipulación para lograr escapar de momentos desagradables sin salir afectados. Pueden valerse de distracciones, desviar la conversación y utilizar sentimientos como el enojo, la culpa o el reproche.

* Estilo asertivo o nivelador: Expresarse de forma sincera y ser congruente con el mensaje. No discriminar al interlocutor. Defender los derechos y aquello en lo que se cree.  Es el estilo al que se debe aspirar, porque favorece el respeto tanto por los demás como por nosotros mismos.   
 
 
Aunque todos podemos identificarnos más con algún estilo específico, seguramente hemos utilizado varios de los que se encuentran en la lista según la situación en que nos encontremos. Si el primer paso es reconocerlo, el segundo será entonces reflexionar si nuestro estilo personal está impactando negativamente en relaciones personales y laborales. 

¿Cómo se forma una Identidad Corporativa?

Así como creamos una imagen de las personas que nos rodean, también lo hacemos con las empresas. La forma en que se percibe una organización es lo que se conoce como Identidad Corporativa. ¿Cómo se forma esa identidad?

En nuestra vida cotidiana, nos encontramos ante un sinnúmero de informaciones provenientes de diversos productos, servicios u organizaciones. Frente a dicha situación, tenemos la necesidad de realizar procesos de simplificación que nos permitan poder reconocer esas entidades previamente experimentadas sin tener que realizar un nuevo proceso de conocimiento.

Esa estructura mental que conforma una Identidad Corporativa no está compuesta necesariamente de un conocimiento objetivo o comprobado, sino más bien por un conjunto de informaciones que la persona cree son correctas. 
 
Es un error pensar que tan solo se comunica a través de una campaña de marketing o el uso de relaciones públicas. Todo lo que una empresa hace diariamente adopta una dimensión comunicativa ante su público. Es decir que la Identidad Corporativa no es el resultado de una situación específica, sino de la suma de varios acontecimientos y la interpretación que nuestro público les de.

La Identidad Corporativa no se conforma solamente de logos, color y tipografía.


Quienes conforman una empresa y la manera en que se desenvuelven, también contribuye a crear una Identidad de la misma. Tanto jefes como subordinados deben ser conscientes de que sus actos comunican los principios de la entidad - incluso más que sus palabras -. Por esta razón, no importa cuánto se invierta en publicidad si la fuerza laboral transmite un mensaje contrario.
 
Una prioridad del Departamento de Recursos Humanos, en conjunto con el Comunicador Corporativo deberá ser alinear a la fuerza laboral con los valores, la misión y la visión de la misma.  



El secretismo en la empresa

¿Qué se necesita para que un trabajador se sienta comprometido con su empresa? Hay muchas respuestas válidas para esta pregunta, pero nos vamos a enfocar en aquella que obedece a la frase: "Solo se quiere aquello que se conoce".

La comunicación descendente es aquella que nace desde las cabezas de la organización y los jefes hacia su equipo de trabajo. Es formal dado que se origina en fuentes oficiales y es información previamente aprobada.
En muchas empresas, el estilo de liderazgo de sus directivos, su desconocimiento de la importancia de la comunicación e incluso su carácter, hace que no estén suficientemente abiertos los canales de comunicación.

Se exigen resultados pero estos no se socializan a los trabajadores. Aspectos relevantes quedan reservados para ciertos ejecutivos, dejando a la mayor parte de la fuerza laboral en ausencia de información crucial para realizar su trabajo con éxito.
Esto es un error puesto que mientras más informado esté el trabajador sobre el lugar donde se desempeña, más capacitado estará para realizar sus labores diarias. Y lo que es mejor, estará en sintonía con los objetivos de la empresa.
Además, mientras menos se utilice la comunicación formal para proporcionar información relevante a los miembros de la empresa, más dependerán del rumor para obtenerla.
Una adecuada información interna reduce la conflictividad y mejora el clima laboral. Son muchos los beneficios que una organización puede obtener al ampliar su comunicación descentente, así que es momento de hacer una pausa y reflexionar si a la empresa le hace falta mayor flexibilidad y fluidez en el diálogo.

* En Comunicare realizamos asesorías, estudios y  planes estratégicos de comunicación organizacional y corporativa.

Una mejor comunicación es posible

Siempre nos estamos comunicando, inclusive con el silencio. No es sorpresa que en medio de tanta comunicación puedan surgir malentendidos.

Estos conflictos se producen por ruidos o barreras que distorsionan nuestro mensaje. Más allá de interferencias evidentes como las diferencias culturales, existen otras que pueden estar saboteando nuestra comunicación. Por ejemplo:

1. Los prejucios. Si incluso antes de entablar un intercambio con alguien, ya tenemos un juicio negativo - a veces injustificado - sobre esa persona, entonces estamos sentando las bases para un problema comunicacional.

2. Emociones. El estado emocional en que nos encontramos al momento de emitir o recibir un mensaje influye de gran manera en nuestra actitud hacia el mismo.

3. Relaciones personales. El nivel de confianza y conocimiento que exista entre emisor y receptor afectará el nivel de efectividad en su intercambio comunicativo.
4. Filtración de información. Cuando uno de los participantes deliberadamente manipula la información para mostrar solo las aristas que puedan favorecerle y por ende la otra parte, no podrá tener el panorama completo.

 ¿Se pueden superar estos obstáculos? 

Las barreras de comunicación dificultan el camino, pero no son imposibles de vencer. Podemos observar ciertos consejos que nos ayudarán:

* Desarrollar la empatía. Si hacemos un esfuerzo por entrar en sintonía con nuestro interlocutor, será más fácil comprender el mensaje desde su perspectiva.

* La "escucha activa", hace referencia a prestar atención a lo que la otra persona me está diciendo. A menudo, no escuchamos con claridad porque estamos pensando en otros temas al mismo tiempo en que entablamos un intercambio de comunicación.

* Evitar las generalizaciones. Palabras como "siempre" o "nunca", son polarizadas y suelen generar una reacción negativa en nuestro interlocutor.

* Claridad ante todo. Mientras más conciso y sencillo sea nuestro mensaje, más entendible será para el receptor.

* Congruencia entre nuestra comunicación verbal y no verbal. Los gestos suelen delatar mensajes contradictorios y generar confusión en nuestro interlocutor.