4 consejos para manejar la ansiedad al hablar en público

Ser sorprendido con un ataque terrorista, que te roben la identidad...y hablar en público.

¿Qué tienen en común estos tres hechos? Fueron parte del top 5 en un estudio realizado por la Universidad de Chapman en Estados Unidos, en el que los participantes respondieron a la pregunta: ¿Qué es lo que más temes? 

Esos resultados no me sorprenden, algo común que encuentro al momento de dar mi taller o coaching sobre hablar en público es la ansiedad que mis clientes dicen sentir al momento de enfrentarse a una sala llena de gente que los va a escuchar. 

Para empezar debemos reconocer que un poco de ansiedad es algo bueno porque nos obliga a estar más alertas y preocuparnos de realizar un buen trabajo. Más que erradicarla por completo, lo que debemos hacer es aprender a manejarla para que no se salga de control y nos anule. Estas técnicas te pueden resultar de gran utilidad:

1. Reconoce la ansiedad como tal

Cuando ves a alguien nervioso de hablar en público, ¿cómo te sientes? La respuesta usual a esa pregunta es: incómodo. Miras a otro lado porque te da incluso lástima del otro que está trabado en escena. 

El problema de hacer que tu audiencia se incomode, es que justamente tu trabajo como comunicador es lo contrario. Si están relajados contigo, podrán recibir mejor el mensaje. Por eso desde la primera impresión, tenemos que manejar nuestros nervios de forma positiva. 

Ni bien sientas que tu respiración se agita, que tu estómago se hace nudo, reconoce esas sensaciones por lo que son. Identifica tu ansiedad, salúdala y acéptala como algo natural, producto de que estás por hacer algo significativo. Esto se llama Mindful Attention y aunque no va a borrar tus nervios, sí va a permitir que no se desborden.

2. Replantea tu idea sobre "presentar"

Cuando cambias tu forma de ver las cosas, las cosas que ves cambian. A menudo, al hablar en público sentimos que estamos realizando una especie de performance equivalente a actuar, cantar o hacer un show. Esto solo aumenta tu ansiedad. En lugar de pensarlo así, enfócate en sentir que estás en una conversación. No es un espectáculo, sino un diálogo. 

Una forma de lograrlo es empezar por hacer preguntas a tu audiencia, de esta manera se van a involucrar más y aumentará tu percepción de que estás conversando con ellos. 

Procura usar un lenguaje amigable, porque palabras rebuscadas o muy formales te distanciarán de tus interlocutores y lo que buscamos lograr es un acercamiento más relajado.

No tienes que ser un "showman", en realidad los verdaderos protagonistas son tu audiencia.

3. Regresa al momento presente 

Cuando estás completamente concentrado y absorto en una actividad, no hay espacio para la ansiedad. Nuestros miedos ocurren cuando nos proyectamos al futuro. Por eso, regresar al momento presente es una gran ayuda para manejar los nervios. No por nada hace tiempo realicé un vídeo respecto a este tema.  

Para no dejarte arrastrar por el futuro o el pasado, intenta realizar actividades que te obliguen a prestar atención a lo que pasa en el ahora. Puede ser desde algún ejercicio físico, escuchar una canción o incluso decir un trabalenguas. Esta última opción tiene el beneficio extra de calentar tu voz y fomentar una buena pronunciación al momento de tu exposición.

4. ¡Respira!

Nuestra respiración la tenemos siempre a la mano y ¡es gratis!. Inhalar y exhalar profundamente nos ayuda a calmarnos puesto que está relacionado con el sistema nervioso central. Además, al sentir como el aire entra y sale de nuestro cuerpo estamos regresando al momento presente y alejándonos de los miedos que recorren nuestra mente. 


Espero que estos consejos te sean de mucha utilidad y que tu próxima intervención en público, sea más llena de inspiración que de temor. Solo es cuestión de practicar y seremos mejores oradores en menos de lo que imaginamos.

1 comentario: